lunes, 24 de septiembre de 2007

LAS INFILTRACIONES : como método terapéutico.

Dentro de los tratamientos incruentos y en manos experimentadas, la infiltración alcanza efectos terapéuticos inmejorables.
Los medicamentos que se emplean son drogas antiinflamatorias derivadas de los hidrocorticoides, más anestésicos locales o lidocaínas. El tratamiento de la patología del aparato locomotor cuenta con este recurso aprobado en el mundo entero, para un número considerable de ellas con indicaciones precisas, debido a los resultados alentadores que han demostrado a traves del tiempo.

El método ofrece riesgos que conocemos y uno de ellos es que se convierta en hábito de uso, habida cuenta de lo exitoso del mismo. Debemos entonces contrarestarlo llevando una historia clinica de cada paciente, mediante la cual realizamos el seguimiento de las lesiones evitando así el uso indiscriminado de las drogas en cuestión.

Mi experiencia en 32 años de trabajo al borde de una raya de cal, me indica que el uso de este procedimiento terapéutico, nos ha brindado más halagos que penas.

Por otra parte la utilización de las infiltraciones en el futbolista de alta competición, se debe exclusivamente a que dicho profesional, juega en la mayoría de los casos al borde de la lesión y lo importante de nuestra misión, es mantenerlo del lado sano de la misma.

Bajo ese lema podemos definir al deportista profesional, dado que cuenta solo con una determinada cantidad de años para desarrollarse y asegurar su futuro. Sabido es, que en ocasiones ingresan al campo de juego sin estar al 100% de sus aptitudes físicas, pués ello le demandaría un tiempo de espera para su rahabilitación total, lo cual en no pocas ocasiones los ha marginado del equipo.

Las lesiones del deporte no son otra cosa que el riesgo profesional de aquél que realiza suma de gestos repetidos. La infiltración, dentro de las distintas terapéuticas con que contamos, cumple con el requisito de reintegrar rápidamente al jugador a su actividad, siempre que fueran realizadas bajo una indicación precisa y practicadas con todo el rigor de la técnica.
Por lo mismo se deduce, que no deberán ser aplicadas previo a las competencias pués el dolor y la limitación, ceden rápidamente enmascarando así una lesión mayor. Ello ocurre en las lesiones de partes blandas es decir, musculares, tendinosas ó ligamentosas, en cambio y en casos de extrema necesidad realizadas en la cavidad articular del tobillo, rodilla ú hombro, no determinará agravamiento de la lesión original al cabo del juego y sólo el dolor podrá ser el mismo al del inicio.

En estos casos,siempre debemos contar con el deseo del jugador ha ser infiltrado pués de lo contrario, los temores lo limitarían aún más que el dolor de la afección.
Por otra parte, la necesidad de trabajar médicamente en un vestuario perteneciente a un estadio de fútbol, nos impide cumplir con los verdaderos preceptos que implican una infiltración intraarticular en condiciones de verdadera asepsia, de allí que deba ser realizado el procedimiento, durante la semana en nuestros consultorios finalmente, con fines terapéuticos ó de curación definitiva.

Por último en medicina todos los tratamientos son origen de controversias entre los profesionales que los emplean, muchos congresos y cursos ponen de manifiesto dichas controversias que tienen que ver con la experiencia de cada uno.

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