lunes, 6 de noviembre de 2017

NEUROCIENCIA EN EL FUTBOL: Maduración y aprendizaje motor

Se pueden distinguir desde un punto de vista filogenético y funcional tres zonas en el cerebro: Neocortex, Arquicortex y Paleocortex.

El neocortex ó corteza cerebral es la zona de aparición más tardía y en ella tienen lugar los fenómenos de aprendizaje, juicio, raciocinio y la modulación de movimientos, entre otros.

El niño al principio se nutre de datos y conceptos que le llegan de sus mayores y de todo lo que lo rodea.

De allí que mientras el niño se desarrolla, funcionalmente, su corteza utiliza la corteza de sus padres para ponerse en contacto con el mundo que lo rodea.

Luego toda esa información que  llega al cerebro del niño pasa al subconsciente en forma de hábitos y ocupará las zonas bajas del sistema nervioso ó arqui y paleocortex.

Digamos que el niño sin saberlo se encuentra dirigido ,por así decirlo, por la fisonomía de sus padres.

El ejemplo para nosotros en fútbol es notorio, en el hábito a pegarle con una determinada pierna a la pelota.

Con motivo de un Campeonato Infantil de Fútbol en los años 70 y siendo yo médico de la AFA, fueron atendidos en dichos consultorios 68 % de niños unidiestros derechos.

Luego consultados sus padres, en la generalidad de los casos hubo una dirección de ellos en cuanto a la manera de perfilarse frente al balón.

El desarrollo neurológico en cualquier niño será el siguiente: En su faz de conocimiento del objeto balón que se le viene encima, al ser ofrecido por el adulto que lo rodea, llámese padre, puede estirar cualquiera de sus dos piernas para contactarla.

En cuanto percibe que dicho objeto no le hace daño y observa que su padre lo hace con determinada pierna, acaba de sumar dos conceptos. Uno personal y otro de imitación. Ambos quedan grabados en su corteza. A partir de allí en su lóbulo parietal izquierdo realiza la percepción primaria y en la próxima situación identifica al objeto, recuerda la experiencia anterior y sabe que es para pegarle con su pierna ó pié poniendo en marcha la formación del arco  reflejo o PRAXIA.  Será entonces la definición de PRAXIA, “ como la realización correcta de los movimientos con un fin determinado”

Para realizar dicho movimiento de la pulsión de un balón y colocarlo como ejemplo útil, será necesario tener idea del mismo y detectar que segmentos del cuerpo se pondrán en movimiento para ejecutarlo y crear el arco reflejo como ocurre frecuentemente al subir una escalera. Siempre observamos la altura del primer escalón y luego subiremos sin mirar el resto de la escalera. Hecho este que puede verse alterado si encontráramos en el camino un escalón de distinto nivel al de la información inicial.

Las bailarinas en el teatro solo reparan en el primer escalón de la escalera para luego descender observando al público.

En el niño jugador observaremos que utiliza su pierna diestra ó siniestra según su aprendizaje, sin pensarlo siquiera en la primera acción, luego si tiene tiempo a dominar el balón y pensar en lo que le puedan haber propuesto en la enseñanza, podrá llevar a cabo dicha acción ó no. Ello ya pasa a formar parte de la maduración y aprendizaje motor por gestos repetidos, durante la semana ó meses.

Dicha variedad de perfiles dependen del grado de mielinización de las fibras nerviosas, entendiendo por mielina la cobertura de cada fibra nerviosa. Ese desarrollo se llevará a cabo en los dos primeros años de vida y permitirá coordinar los movimientos del cuerpo .

El gateo, por ejemplo en el bebe, será una actividad vital en el desarrollo de la musculatura del tronco vertebral.  El niño que por causas varias omita dicha experiencia, perderá un valioso aporte para el desarrollo neuromuscular a futuro, en dicho raquis.


Los educadores físicos deben inculcar a los niños a utilizar el miembro opuesto al hábil, desde la realización de ejercicios groseros hasta ir afinando los mismos en detalle. Así serán incorporados al disco rígido del niño en cuestión.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

ENSEÑANZA ACTUAL

Cuantas idas y venidas para cumplir con algo tan simple como efectivo, como es la tarea de enseñar transmitiendo los conocimientos adquiridos, al alumno dispuesto a  abrevar los mismos. Siempre fue así. Por ello la docencia y el alumno. Uno sin el otro no tienen motivo de ser.

Claro, si la podemos hacer difícil para que la vamos a hacer fácil.

Dentro de las leyes de ese juego estarán los momentos buenos y malos. Aquí donde quizás el aplazo pase a ser un acicate y prepararse para una sana revancha

De allí surgirá el insuficiente pero también el sobresaliente. Sin dramatizar. Mi generación vivió entre estrictos bolilleros, “paseos por todo el programa”, y exámenes en marzo.

No dañaban nuestra autoestima .

Muchos estudiantes, por diversos motivos, han dejado paulatinamente el deseo de lograr lo mejor para ellos. En cambio hay algo que los deslumbra: trascender mediáticamente. Existe un deseo fervoroso de verse en alguna pantalla, aún una selfie.

La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento sino rehusarse a adquirirlo, decía Kart Popper. Y para Guillermo  Jaime Etcheverry, “el ser alumno de cualquier nivel, requiere una disposición a aprender basada precisamente, en el reconocimiento previo de que algo nos falta.”

Muchas veces son culpables el padre ó la madre, ó ambos. Han convertido al hijo en un ídolo que no es tal. Es sólo un niño, que debe adquirir conocimientos, respetando y agradeciendo al maestro, por suministrárselos, lo cual es su tarea específica. Sería bueno  entender que el maestro no es un rival del alumno y que el padre no puede transformarse en un  defensor dentro del área chica, maltratando al docente.

El insuficiente debería considerarse un acicate y a través del cual  superarse, porque así es la vida. Superación tras caída.


Con ello los padres,  pasarían a  actuar como actuaron los nuestros donde la palabra del maestro valía doble.