miércoles, 30 de marzo de 2016

LA MARATON. LA HISTORIA Y EL MITO

La historia se forja con la suma de hechos a través de los años y la presencia de testigos ante cada historia. Los testigos, pocos ó muchos serán los encargados y con los medios a su alcance, en forma oral ó escrita, de difundir  lo visto y escuchado.

Allí nace el hecho histórico, con debido cuidado, pues la evocación en algunos casos agranda la virtud de los protagonistas. Gardel cada día canta mejor.

El espacio de tiempo 490 años en la batalla de Maratón antes de Cristo, los más de 200 antes de Cristo en la vida de Julio Cesar, los otros tantos del cruce de los Alpes por Aníbal y tantos otros hechos históricos estudiados por todos de alguna forma, están llenos de detalles imposibles de negar. Lugares recorridos en la actualidad por centenares de turistas, poblaciones de ejércitos con sus ropajes característicos presentes en películas estudiados minuciosamente, en fin, todo creído sin discusión alguna.

El espacio de tiempo desde los años 490 antes de Cristo, en la batalla de Maratón, incluyendo el cruce de los Alpes por Aníbal en el 218, los años 100 antes de Cristo en la vida de Julio Cesar, y tantos otros hechos históricos estudiados por todos de alguna forma, están llenos de detalles imposibles de negar. Lugares recorridos en la actualidad por centenares de turistas, poblaciones de ejércitos con sus ropajes característicos presentes en películas estudiados minuciosamente, en fin, todo creído sin discusión alguna.

Y así 42 kilómetros desde Maratón a Atenas para enfrentar a los persas con Darío a la cabeza alcanza para calificar a la Maratón prueba atlética actual.

Pero el mito dijo, que Filípides soldado griego había muerto al finalizar su carrera de Maratón a Atenas. Y no fue así. Todo el ejército griego realizó dicha travesía y Filípides que era atleta ya en esos años antes de Cristo, fue el encargado de una tarea mucho más exigente. Recorrió 225 kilómetros -atención los del Ultra Maratón de nuestros días- en 48 horas para pedir ayuda a los Espartanos, pues los persas se les venían encima, como pibe al alfajor.

No existió muerte post esfuerzo, de allí el mito a través de los años.

Y colorín colorado este histórico cuento acabó.

Me queda una reflexión. Aún sobrevuelan en el mundo dudas, sobre la veracidad de los hechos de los Apóstoles, del mismo Cristo y su Santísima madre, ocurridos en nuestra era cristiana. Sin embargo, es aceptada íntegramente la historia antes de Cristo como cité anteriormente, hechos creídos y estudiados sin duda alguna, según fuentes de divulgación  orales y escritos de la época.


La batalla de Maratón fue la primera de las guerras médicas. Dejando en claro que dichas guerras no tienen relación con la medicina sino con los Medas. Pero aprovecho la oportunidad para recordar al mencionar la prueba atlética Maratón que surge de aquel hecho histórico, que los profesionales en el arte del curar deben aconsejar a los aficionados en carreras de fondo, que no deberían  embarcarse antes de los 30 años en el esfuerzo de los  42 kilómetros, dado que la resistencia es patrimonio del paso del tiempo.

viernes, 25 de marzo de 2016

EL PELIGRO DE LA MUERTE SUBITA

Como todos los años para esta época, estamos frente al comienzo de las prácticas de fútbol en las Divisiones Inferiores.

Siempre vivimos dichos comienzos, con el deseo ferviente de que la MUERTE SUBITA en nuestros niños jugadores, sólo sea un triste recuerdo y sin su presencia en dichos torneos.

La tendencia declinante de la enfermedad cardiovascular en países de un mayor desarrollo, se está logrando con una mayor PREVENCION.

Para nosotros y desde FAA es el fútbol, pero padece este flagelo todo tipo de actividad deportiva en distintas disciplinas en el mundo.

La muerte súbita es en realidad rara pero trágica dado que se da en la infancia y adolescencia, durante partidos oficiales ó bien en las prácticas deportivas.

Kenny y Shapiro han puesto al día las anormalidades congénitas vasculares, generalmente asintomáticas y por ende no diagnosticadas en vida y sólo presentes en las autopsias.

Podemos citar las más frecuentes observadas : “ Miocardiopatía Hipertrófica, Malformaciones Congénitas de las Coronarias y la ruptura aortica, formando parte ésta, del síndrome de Marfan y por el cual hace años, fue desafectado para la práctica del básquet un jugador argentino en actividad, cuando se presentó en Francia para continuar su carrera deportiva.

Tomamos como referencia a nuestro jugador en carácter de deportista competitivo, dado que ello premia la excelencia de la performance y el triunfo, requiriendo para ello un intenso entrenamiento sistemático, “ que no se suspende por lluvia” ni deseos de “dormir un rato más”.

Luego se enrola a dicho deportista en un jugador altamente entrenado considerado muy sano físico y mentalmente. Un verdadero gallito de riña preparado para la adversidad y el rigor, en busca de la tan ansiada escalera a la fama representada semanalmente, por la escalerita del túnel para saltar a la cancha. De allí que la muerte súbita sea inesperada y adquiera características de shock y a la vez trágica.

Maron define la muerte súbita como muerte natural por paro cardíaco que ocurre inesperadamente dentro de las 6 horas de un atestiguado estado de salud normal. Y lo toma en una estadística mundial en diversas disciplinas de 1 en 200.000.

Conclusiones: En la Argentina unos 2 millones de niños y adolescentes participan anualmente en distintas actividades deportivas. En el fútbol tomando de 4ta a 9na división en torneos de AFA aproximadamente 4500  son los aspirantes.

De no existir causas como las anteriormente mencionadas y posibles desencadenantes de MS desgraciadamente exámenes de rutina y exámenes complementarios no logran identificar al deportista en riesgo. Son verdaderamente silenciosas y aquí es donde se agiganta el concepto de nuestra fecha de vencimiento, determinada por Dios indudablemente.


Las pruebas físico médicas deben ser respetadas celosamente cada año, para que el margen de error pueda ser reducido a su máxima expresión. De allí que las Instituciones deban proveer a sus cuerpos médicos los medios suficientes para realizar todas las pruebas deseadas según hábitos, exigencias y costumbres de cada niño, sin escatimar esfuerzos para llevarlas a cabo.