Como todos los años para esta época, estamos frente al
comienzo de las prácticas de fútbol en las Divisiones Inferiores.
Siempre vivimos dichos comienzos, con el deseo ferviente de
que la MUERTE SUBITA en nuestros niños jugadores, sólo sea un triste recuerdo y
sin su presencia en dichos torneos.
La tendencia declinante de la enfermedad cardiovascular en países
de un mayor desarrollo, se está logrando con una mayor PREVENCION.
Para nosotros y desde FAA es el fútbol, pero padece este
flagelo todo tipo de actividad deportiva en distintas disciplinas en el mundo.
La muerte súbita es en realidad rara pero trágica dado que
se da en la infancia y adolescencia, durante partidos oficiales ó bien en las
prácticas deportivas.
Kenny y Shapiro han puesto al día las anormalidades
congénitas vasculares, generalmente asintomáticas y por ende no diagnosticadas
en vida y sólo presentes en las autopsias.
Podemos citar las más frecuentes observadas : “
Miocardiopatía Hipertrófica, Malformaciones Congénitas de las Coronarias y la
ruptura aortica, formando parte ésta, del síndrome de Marfan y por el cual hace
años, fue desafectado para la práctica del básquet un jugador argentino en
actividad, cuando se presentó en Francia para continuar su carrera deportiva.
Tomamos como referencia a nuestro jugador en carácter de
deportista competitivo, dado que ello premia la excelencia de la performance y el
triunfo, requiriendo para ello un intenso entrenamiento sistemático, “ que no
se suspende por lluvia” ni deseos de “dormir un rato más”.
Luego se enrola a dicho deportista en un jugador altamente
entrenado considerado muy sano físico y mentalmente. Un verdadero gallito de
riña preparado para la adversidad y el rigor, en busca de la tan ansiada
escalera a la fama representada semanalmente, por la escalerita del túnel para
saltar a la cancha. De allí que la muerte súbita sea inesperada y adquiera
características de shock y a la vez trágica.
Maron define la muerte súbita como muerte natural por paro
cardíaco que ocurre inesperadamente dentro de las 6 horas de un atestiguado
estado de salud normal. Y lo toma en una estadística mundial en diversas
disciplinas de 1 en 200.000.
Conclusiones: En la Argentina unos 2 millones de niños y
adolescentes participan anualmente en distintas actividades deportivas. En el
fútbol tomando de 4ta a 9na división en torneos de AFA aproximadamente
4500 son los aspirantes.
De no existir causas como las anteriormente mencionadas y
posibles desencadenantes de MS desgraciadamente exámenes de rutina y exámenes
complementarios no logran identificar al deportista en riesgo. Son
verdaderamente silenciosas y aquí es donde se agiganta el concepto de nuestra
fecha de vencimiento, determinada por Dios indudablemente.
Las pruebas físico médicas deben ser respetadas celosamente
cada año, para que el margen de error pueda ser reducido a su máxima expresión.
De allí que las Instituciones deban proveer a sus cuerpos médicos los medios
suficientes para realizar todas las pruebas deseadas según hábitos, exigencias
y costumbres de cada niño, sin escatimar esfuerzos para llevarlas a cabo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario