sábado, 17 de octubre de 2015

LESIONES EN LA CABEZA O TRAUMATISMOS DE CRANEO EN EL FUTBOL

“Lesiones eran las de antes” decía un gaucho. Pero indudablemente en el caso que nos ocupa, antes ó sea año 2000 hacia atrás, no tratábamos traumatismos de cráneo en los campos de juego, producto de un choque de cabezas durante el partido. Diría que tengo memoria personal de una en 1981 cancha de Boca entre Sacardi jugador de Ferro y Ruggieri jugador local. Ambos terminaron el encuentro con sus cabezas vendadas, tan común ahora pero infrecuente en aquellos tiempos. Tal es así, que en nuestros maletines del verde césped, no aparecían elementos para tal fin. Cosa que ahora es lo primero que ingresan los profesionales a cargo de equipos.

Patrimonio del ritmo vertiginoso actual, infinidad de traumatismos de cabeza y cara se observan como algo normal, en cada fecha del fútbol profesional .

Como la estadística va detrás de ello, aparecen comparativamente dichas patologías traumáticas , en otras actividades deportivas.

Luego, el que primero aparece es el box y todas las secuelas postraumáticas. En esta actividad generalmente son producto de la suma de lesiones microtraumáticas durante la carrera deportiva. Llámese hematomas subdurales con trastornos del equilibrio y de la palabra hablada, fractura de tabique, fractura del maxilar y del arco cigomático del pómulo, oreja “arrepollada” por hematomas subdermicos a repetición y heridas del arco superciliar ó cejas.

Casi pisándole los talones aparece el rugby con lesiones cada vez más parecidas al box en cara y cuello. Estas últimas muy graves.

Se acuerdan, que las tiras de comics en diarios y revistas, presentaban al personaje golpeado con pajaritos volando en circulo por encima de su cabeza?

Pues bien esa es la sensación del traumatizado en la ocasión.

Pérdidas momentáneas de conciencia en el campo de juego nos han hecho preguntar tradicionalmente, “como vá el partido? “ en que equipo jugás ?” Según la respuesta, el jugador continua ó sale del equipo para su atención inmediata .

Salvo el boxeador al que luego de su tercer derrota consecutiva por “knock out”, se le retiene la libreta sanitaria y no pelea hasta su total compostura neurológica, en el resto de las actividades deportivas, el jugador vuelve a las canchas cuando tiene el alta médica.

Durante mi docencia en la Cátedra de Medicina del Deporte en el Círculo de Periodismo Deportivo, cuando invitábamos al Prof. en box Raúl Landini, éste se quejaba, dado que los neurólogos también invitados, describían la gravedad del traumatismo de cráneo casi espectacularmente, dadas las imágenes fílmicas presentadas.

Don Raúl Landini un verdadero esgrimista del boxeo tipo Nicolino para comparar, se quejaba por la demonización de la actividad. Sin embargo y muchos años después en las ligas de fútbol americano en EEUU, los neurólogos y neurocirujanos no sólo demonizan la actividad antedicha, sino que auguran lesiones cerebrales crónicas del encéfalo que podrían terminar en actos de suicidio y crimen.

No hace mucho me consultaron por si los “choques” de cabezas, ó la suma de impactos del balón en el cabeceador  a través de los años, podrían generar una patología neurológica tan frecuente de los 40 años, como es la  esclerosis lateral amiotrófica, ELA.


No lo pude asegurar, pues no tengo estadísticas ni las hay en nuestro país que yo conozca. Con ello quiero decir que la ciencia empezó a rastrear. Los científicos y los jueces darán su veredicto, dado que sospecho que la mecha de los juicios está encendida.

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