El esguince de tobillo, lesión frecuente en los marcadores
laterales en el fútbol estadísticamente hablando, puede ser simple o grave.
Simple para nosotros, es cuando no conlleva lesión ligamentosa ni ósea. Grave
en cambio, es cuando aparece como producto del esguince, una patología
ligamentosa, ósea o de ambas estructuras.
La lesión ligamentosa mas frecuente observada por nosotros,
a través de los años, fue la del ligamento peroneo astragalino. Ella se observa
generalmente luego de una caída con el tobillo en supinación y ceden en primera
instancia las fibras anteriores de dicho ligamento. Si el grado de torsión es más
importante la supinación también lo será y puede ocurrir la lesión de sus
fibras posteriores junto a las fibras del peroneo calcáneo. Fibras estas
dispuestas verticalmente y que junto a las anteriormente descriptas conforman
la pared ligamentosa externa.
El estudio de esta frecuente patología aún fuera del acto
deportivo, tal como ocurre en las señoras con sobrepeso al pisar con el pié evertido, fue realizado por Leonard ya en el año 1949 para lo cual recomendaba
la reparación quirúrgica, con la finalidad de evitar esguinces a repetición
como desagradable secuela.
Mas adelante O’Donogue en el ’58 y Barbieri, mi maestro, en
el ’60 fueron modificando las técnicas según el grado de la patología en
cuestión. También dejamos en claro que muchas técnicas dejaron resultados
inciertos a futuro. Como experiencia personal, de no decidir en agudo la
reparación, nos dio gran resultado la inmovilización enyesada con cambios de
yesos periódicos a medida que cedía la tumefacción, logrando inmovilizaciones
sin almohadillar con excelentes resultados para la vuelta al campo de juego.
Pero también existe la lesión inversa con el tobillo en
pronación e inversión del pié, generalmente en deportistas con pies valgos ó
planos. En ellos el episodio genera lesión del ligamento deltoideo o medial del
tobillo. Dicha estructura ligamentaria consta de dos planos de fibras
dispuestas en forma de triángulo con vértice en el maléolo tibial y en todos
los casos, la resolución fue siempre quirúrgica, dado el grado de inestabilidad
en valgo que genera dicha patología aún para la vida diaria. Felizmente no se
observa con tanta frecuencia como el anteriormente descripto y tampoco
ingresaron en la estadística como marcadores de punta, sino como delanteros.
En el caso de la patología articular del tobillo por suma de
gestos repetidos, ingresan aquellos con lesiones tendinosas como lo son las de
los peroneos laterales cortos y largos y del tibial posterior. Este último muy
frecuente y en la mayoría de los casos pasa desapercibido para el médico no
alertado en lesiones deportivas del tipo crónico. Este tipo de lesión solo
tiene resolución quirúrgica en caso de desgarro total dado la impotencia
articular que genera.
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