sábado, 26 de julio de 2014

ALFREDO DI STEFANO. Un aporte personal

Todo se dijo de Alfredo y lo seguirán haciendo dado que fue un grande de verdad.

 Tuve la satisfacción de trabajar con el, en Boca de1985. Yo traía un bagaje de recuerdos y experiencias vividas a través de otro fenómeno, Néstor Pipo Rossi aquel 5 inconmensurable , parlanchín de mil anécdotas post cenas de concentración.

Alfredo muy cálido, pues era amigo de sus amigos, también lo había sido de mi padre cuando jugaba acá y en el Real de Madrid.

Pero en Boca y en el día a día, pasamos un año de trabajo con mutuo respeto entre ambos, dado que para Alfredo, la palabra del médico era sagrada.

 Sólo, que así fuera el jugador más importante para el equipo, prefería no apurarlo  y su expresión era: “juega uno sano”. Había que entender su opinión. Nadie era tan fantástico como para jugar a media máquina en desmedro del resto del equipo. Por otra parte el había jugado con fenómenos de compañeros y de rivales, esto le daba una visión más tranquila de la cosa,  ante la lesión del jugador, por importante que fuera el partido a jugar.

Me dejó una enseñanza importante en cuanto al dinero a ganar en el fútbol y sus urgencias.

A los jugadores les pedía enfocarse en el partido del momento sin hacer planes a futuro, decía no “contemos con el huevo en el culo de la gallina”. Primero hay que ganar después contar.

En un torneo de Mar del Plata le conté los premios que los muchachos habían arreglado y lejos de agradarlo, me dijo: “están locos los muchachos, la plata grande la tiene que recaudar la institución, sino como nos pagan los sueldos.” Este concepto tan claro quizás sea  el porqué de los estados deficitarios de nuestras instituciones.


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