Generalmente la informamos como fractura de la cola del
quinto metatarsiano, porque allí es el lugar de mayor frecuencia, especialmente
en el deportista saltador. En nuestro estudio estadístico y para el libro de
Traumatología en el Futbol ( edición 2005 Ed Akadia,)
observamos que la
mayor cantidad de estas fracturas, fueron padecidas por los defensores
centrales , atribuible esto al mecanismo de acción en el salto en ambas áreas,
correspondiente a la función de dicho jugador. El caer, frecuentemente se genera
una torsión en supinación en el momento de
apoyar con la cara externa del pié, ora en terrenos desiguales ó bien
con pérdida de la estabilidad en el aire, debido a la fricción con el
contrincante.
Dicha caída desarticulada produce un esguince de antepié,
con impacto sobre la cola del quinto y fractura secuelar. Puede escucharse
ruido con dolor puntual, por lo que el jugador abandona el campo de juego.
En la generalidad de los casos, con una inmovilidad adecuada
sin cargar el peso del cuerpo por 45 días suele consolidar la fractura. Depende
del trazo de la fractura y en que lugar está ubicada en el hueso
Dicho metarsiano presenta una irrigación sanguínea deficiente y es quizás
la causa importante que impide consolidaciones seguras y en poco tiempo. Aún
mas, si ocurre en un pié cavo varo, es decir en un pié con mucho arco interno
distinto ú opuesto al apoyo anatómico del pié plano. Este es el jugador que
padece esguinces a repetición de tobillo por exceso de arco del pié.
Si la fractura se ubica en el tercio medio de la diáfisis
del hueso , ya no en la cola del quinto, el tratamiento incruento generalmente
es exitoso. En nuestro caso y para esta patología nos estamos ocupando sólo de
la cola del quinto.
Sin embargo, puede ocurrir que luego de la inmovilización
sin apoyo del pié lesionado, y que el informe de las imágenes radiográficas y
tomográficas, no demuestren un callo aceptable para el comienzo de la
rehabilitación kinesiológica, está la posibilidad de la resolución quirúrgica.
También ésta, presenta
dos alternativas. O bien disconforme con la imagen que arrojan los estudios se
indica osteosíntesis de aquella mediante un tornillo ó bien si intentan con
rehabilitación kinesiológica post inmovilización, recuperarlo a pesar de un
callo endeble, puede ocurrir que no se logre lo deseado.
En este caso, si el jugador en varios intentos de probar en
el campo de juego siente dolores o se genera dolor parecido al inicial luego de
caídas repetidas, estaremos en presencia de un
déficit de consolidación por retardo de la misma ó peor aún,
seudoartrosis ó falsa articulación ó
movimiento indeseable en el foco de la fractura que impide la total
recomposición de la misma.
En este estadío es cuando no cabe duda que la indicación es
la operación . Personalmente nosotros hemos realizado osteosíntesis con
tornillo junto a injerto óseo en el lugar lesionado que es extraído de la
cresta ilíaca de la pelvis. Elemento óseo éste con gran irrigación sanguínea
que viene a alimentar el déficit del hueso metatarsiano. Siempre utilizamos
inmovilización enyesada por 45 días. Habrá quien utilice ortesis y ello depende la casuística de cada
cirujano. Pero esto ya es tema para otro artículo.
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