Suma de errores especialmente extra futbolísticos. Marchas y
contra marchas de larga data que conviven con algo actual. La grieta
periodismo-jugador, dolorosa como toda grieta que por bordes distanciados, son
dificultosas de cerrar.
Cuando todo pase según Grondona, deberán los a cargo de la
Selección y en cada rubro, proveerla con
10 kilos de sensatez.
Y olvidar nosotros todos, la creencia instaurada no sé por
quien, de que fuimos, somos y seremos los mejores del mundo, dado que del
segundo, nadie se acuerda.
Todas las mañanas, propongo como lavarse los dientes, releer
al filósofo Julián Marías con respecto al argentino típico.
Decía: “Casi ningún argentino está donde está, sino delante
de si mismo. De allí ejecuta su vida real.
El argentino vive de acuerdo no a lo que de hecho es su
persona, sino a una figura ideal que de si mismo posee.
El argentino típico tiene vocación de ser lo que imagina ser
y vive pues entregado a una imagen por el creada, no a la realidad”
Entonces agrego humildemente, tuvimos buenos jugadores de
fútbol, los tenemos y los tendremos seguramente, la estadística así lo indica.
Pero no somos los mejores del mundo ni debemos sentir la obligación de serlo.
Ello atenuará sufrimientos ó por lo menos no sumaran a los que la vida nos dará,
mientras vivamos.
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